Walter Chrysler, su historia y como lo consiguió:

De todos los empresarios americanos que han contribuido al desarrollo de nuestro sistema industrial, ninguno ha sido más sobresaliente que Walter Chrysler.

Su historia da esperanza a toda persona que aspira a tener fama y fortuna, y sirve de evidencia de la fuerza que se puede obtener de actuar con claridad de propósito.

Chrysler se inició como un mecánico en un taller ferroviario de Salt Lake City en Utah. De sus ahorro juntó un poco más de $4.000 dólares que pretendía utilizar como base para establecer un negocio.

Investigando con diligencia observo que la industria automotriz iba en crecimiento, de modo que se determinó a incursionar en esa área.

Su inicio en la industria fue tanto dramático como novelesco. Su primera acción sorprendió a sus amigos y asombró a sus familiares, ya que consistió en invertir todo su dinero en un automóvil. Cuando el automóvil llego a Salt Lake City Chrysler genero aún más sorpresa entre sus amigos. Desbarato su automóvil pieza por pieza hasta que las partes quedaron totalmente esparcidas por  el taller. Entonces empezó a ensamblar las partes de nuevo. Hizo eso tantas veces que algunos de sus amigos pensaron que había perdido la razón. Por su puesto ellos no entendían su intención. Ellos observaban lo que hacía con el automóvil lo que les parecía sin sentido e inútil. Pero de lo que no se percataron fue del plan que Walter Chrysler tenía en mente.

Él estaba “acondicionando su mente al automóvil”, llenándola de claridad de propósito, él estaba observando cuidadosamente cada detalle del automóvil. Cuando participaba en su trabajo de desarmas y luego armas, observaba los aciertos y desaciertos en su producción.

De aquella experiencia empezó a diseñar automóviles incorporando los buenos aciertos del auto que había comprado y evitó repetir los desaciertos. Chrysler hizo tan bien su trabajo que cuando sus automóviles empezaron a salir al mercado se convirtieron en la gran sensación de la industria automotriz.

Su ascenso a la fama y a la fortuna no se hizo esperar; y todo porque él sabía muy bien desde el principio adonde quería llegar y se preparó con exhaustividad para el viaje.

Observe a los hombres que actúan con claridad de propósito y le impresionara descubrir la facilidad con la que ellos atraen la cooperación amistosa de otros y la forma en la que vencen la oposición y logran lo que se proponen.

Analice determinadamente el caso de Walter Chrysler y observe cómo alcanzó las riquezas de la vida y derivó al máximo beneficio de ellas.

Uno de los hechos más intrigantes respecto a Walter Chrysler fue la facilidad con la que alcanzo el éxito. Él no tenía una cantidad considerable de capital para empezar. Su nivel educativo era limitado. Tampoco tenía patrocinadores acaudalados para empezar el negocio.

Pero tenía una idea práctica y suficiente iniciativa personal para iniciar, justo desde donde se encontraba, para desarrollarla. Lo que necesitaba para convertir su propósito mayor definido en realidad parecía casi milagroso si se ponía en sus manos. Algo que no es poco común para quienes actúan con claridad de propósito.

Basado en: La llave maestra de la riqueza, Napoleon Hill