La autosugestión es un término que se aplica a todas las
sugestiones estímulos que se administra
uno mismo y que llegan a la mente a través de los cinco sentidos. Dicho de otra
forma, la autosugestión es sugestionarse a uno mismo. Es la agencia de
comunicación entre aquella que sirve como lugar de acción para la mente subconsciente.
A través de los pensamientos dominantes que uno permite que
permanezcan en la mente consciente (no importa ahora que esos pensamientos sean
positivos o negativos), el principio de la autosugestión alcanza
voluntariamente la mente subconsciente y la influencia con estos pensamientos.
La naturaleza ha construido al hombre de tal forma que posee
absoluto dominio sobre el material que alcanza el subconsciente a través de sus
cinco sentidos, aunque esto no signifique que el hombre siempre ejerza este
dominio. En la gran mayoría de los casos, el hombre no lo ejerce, lo que aclara
por qué tanta gente camina por la vida sumida en plena pobreza.
Recuerde usted lo que se ha dicho acerca del subconsciente
pareciéndose a un fértil huerto donde
las malas hierbas crecerán con abundancia si no se siembran allí semillas de
una cosecha más deseable. La autosugestión es el medio de dominio mediante el
cual un individuo puede alimentar voluntariamente a su subconsciente con
pensamientos de naturaleza creadora o, por negligencia, permite que los
pensamientos de naturaleza destructora penetren en este rico jardín de su
mente.
Su habilidad de usar el principio de la autosugestión
depende de gran parte de su capacidad de concentrarse sobre un deseo dado hasta
que tal deseo se convierta en una ardiente obsesión.
Tomado de: Piense y hágase rico, Napoleon Hill