El método mediante el cual el deseo de riquezas puede traducirse a su equivalente financiero consiste en llevar a cabo los siguientes seis pasos, definidos y prácticos:

1.     Fije en su mente la cantidad exacta de dinero que desea. No es suficiente decir: “Quiero mucho dinero”. Sea exacto en cuanto se refiere a la cantidad. (Hay una razón psicológica respecto a esta exactitud)

2.     Determine exactamente lo que está dispuesto a dar a cambio del dinero que desea. (No existe cosa tal como algo por nada)

3.     Establezca una fecha definida en la que intente poseer el dinero que desea.

4.     Forme un plan bien definido para realizar sus deseos y comience enseguida, esté preparado o no, a poner en práctica su plan.

5.     Escriba una declaración clara y concisa sobre la cantidad de dinero que piensa usted tener, exponga lo que trata de dar a cambio por ese dinero y describa claramente el plan mediante el cual lo acumulará.

6.     Lea su declaración escrita en voz alto dos veces al día, una antes de retirarse por la noche y otra después de levantarse por la mañana. Al mismo tiempo que lee…, vea, sienta y crea que ya está en posesión de ese dinero.


Es importante que siga usted las instrucciones descritas en esos seis pasos. Es especialmente importante que observe y siga las instrucciones del párrafo sexto. Puede que usted alegue que es “imposible” verse a sí mismo en posesión de tal cantidad de dinero antes de poseerlo. Aquí es donde el “deseo ardiente” ha de acudir en su ayuda. Si realmente desea dinero con tanta fuerza que su deseo constituye una obsesión, no tendrá dificultad en convencerse a sí mismo de que lo obtendrá. La meta es desear dinero y decidirse de tal forma a tenerlo que llegue usted a convencerse que lo conseguirá. 

Tomado de: Piense y hágase rico, Napoleon Hill