La falta de persistencia es una de las principales causas
del fracaso. Además, la experiencia realizada con miles de personas ha
demostrado que la falta de persistencia es una debilidad muy común en la
mayoría de hombres. Es una debilidad que puede vencerse con esfuerzo. La
facilidad con que pueda conquistarse la falta de persistencia depende
enteramente de la intensidad del deseo de uno.
El punto de arranque de todo logro es el deseo. Los deseos
débiles producen resultados débiles de la misma manera que una pequeña cantidad
de fuego produce poco calor. Entonces si usted sabe que carece de persistencia
debe empezar por encender un fuerte deseo por mejorar en ese aspecto.
¿Cómo ser persistente? ¿Cómo aprender a ser más persistente?
La persistencia es un estado mental, y por lo tanto, puede
cultivarse. Como todos los demás estados mentales, la persistencia se basa
sobre causas definidas, entre ellas las siguientes:
1.
Exactitud de propósitos: Saber lo que uno quiere
es el primer y quizá mas importante paso hacia el desarrollo de la
persistencia. Un fuerte motivo obliga a uno a superar muchas dificultades.
2. Deseo: Es comparativamente fácil adquirir y
sostener la persistencia a perseguir un objetivo con intenso deseo.
3. Seguridad en sí mismo: la creencia en la propia habilidad
y capacidad de uno para llevar a cabo un plan estimula para poner en práctica
tal plan con total perseverancia.
4. Exactitud en los planes: los planes organizados,
aunque sean débiles y poco prácticos, siempre estimulan a ser persistente.
5. Sabiendo que los planes de uno son profundos y
sólidos, y basados sobre la experiencia y la observación, siempre estimulan a
perseverar; las simples conjeturas, en lugar del conocimiento, destruyen la
persistencia.
6. Cooperación: la simpatía, compresión y armoniosa
cooperación con otros tienden a desarrollar la persistencia.
7. Fuerza de voluntad: El hábito de concentrar los
pensamientos de uno respecto a la formación de planes para la consecución de un
propósito definido conduce a la persistencia.
8.
Hábito: la perseverancia es el resultado directo
del hábito. La mente absorbe y llega a
ser parte de las experiencias diarias mediante las cuales se alimenta. El
temor, el peor de todos los enemigos, puede eliminarse eficazmente mediante la
forzada repetición de actos de valor. Quien quiera que haya prestado servicio
activo en la guerra conoce esto.
Basado en: Piense y hágase rico, Napoleon
Hill